martes, 22 de abril de 2014

Lenguaje y Cultura Académica

En el texto Límites del cientificismo en educación, Federici et al. (1984:44) definen la cultura académica de la siguiente manera:

La cultura académica es fundamentalmente el acervo resultante de la acción comunicativa discursiva potenciada por la escritura y afinada en su empleo para la organización e interpretación de otras formas de acción.

Sólo en el marco de una interacción intensa y prolongada con portadores de una determinada tradición escrita, puede el sujeto apropiarse y acrecentar la riqueza cultural decantada en esa tradición.

Según esta acepción de cultura académica, tres son sus constituyentes inmediatos: la acción comunicativa discursiva, la tradición escrita y la interpretación de ‘otras formas de acción’. Tal como se dijo antes, para la cabal comprensión de esos tres constituyentes es necesario asimilar cultura académica a cultura universitaria. Así lo puntualiza Mockus (1999: 30): “El secreto de la universidad es el entreveramiento entre acción comunicativa discursiva, tradición escrita y reorientación racional de la acción humana”. Este entreveramiento va a constituir la estructura profunda de la cultura universitaria; o, en términos de Mockus, su gramática subyacente:

Detrás de la notable especialización que parece separar a las comunidades disciplinarias, es posible reconocer una misma opción por el discurso racional, una misma dependencia de lo escrito y una misma voluntad de proyección reorientadora o reorganizadora de la acción. Esa gramática subyacente es la que impide que la universidad se convierta en torre de Babel y se disuelva; esa gramática subyacente es también lo que permite pensar en algo así como una misión de la universidad (p. 74).

La misma opción, la misma dependencia y la misma voluntad se traducen en la misma acción comunicativa. La acción comunicativa universitaria se soporta en un tipo de discusión que es inherente a la cultura universitaria: la discusión racional (basada en argumentos y evidencias). Por eso, la discusión por escrito no es solo actividad textual; es, en lo fundamental, interacción entre autores y lectores, en la que el lector se apropia de la riqueza cultural ofrecida por el autor, al tiempo que acrecienta su propia cultura de lector. Por eso concluye Mockus (p. 41) que “la irrupción de tradición escrita sola no basta; lo decisivo es la combinación con la discusión racional y con la reorganización o reorientación de la acción derivada de esa discusión racional”.

Hernández y López (2002:29-32) sintetizan lo que se quiere expresar con la noción de cultura académica:

Los elementos asociados a la noción de cultura académica, como cultura ideal, característica de las comunidades académicas en cuanto tales, es decir, como expresión de lo que la academia reconoce como un deber ser, contiene tres elementos básicos, la discusión racional, la tradición escrita y la prefiguración de las acciones.

1. La discusión racional tal como se concibe en la cultura académica, implica el reconocimiento de la existencia de puntos de vista distintos que se contrastan a través del diálogo y que se soportan en argumentos. Esto requiere la capacidad de cada uno de los interlocutores para instalarse en el punto de vista del otro tratando de comprenderlo y de reconocer las diferencias entre las distintas perspectivas involucradas. En la cultura académica se dan razones y los puntos de vista se explican, se justifican y se fundamentan en razones, en teorías, en antecedentes o en el análisis de situaciones o acontecimientos. La confrontación académica entre las distintas interpretaciones es esencial porque a partir de ella se amplían las perspectivas del análisis y se clarifican las condiciones de aplicación de los conocimientos. El diálogo racional no solamente permite fortalecer un punto de vista y en ocasiones difundirlo y lograr que se conviertan en hegemónico; también ayuda a clarificar la propia perspectiva. Las críticas y las argumentaciones que cuestionan las afirmaciones son esenciales para definir claramente el terreno de esas afirmaciones. Un estudio cuidadoso de la historia de las ciencias podría mostrar que las críticas de los adversarios de un punto de vista han sido fundamentales en distintas ocasiones para su desarrollo. Estas críticas le permitieron a la ciencia del siglo XVII definir mucho más claramente las fronteras de su territorio de trabajo y las diferencias entre los métodos y los principios que ponían en juego la ciencia natural y los métodos y los principios propios de otras áreas, de modo que la especificidad de la ciencia moderna fue mucho más explícita y clara gracias precisamente a que las discusiones ayudaron a precisar los conceptos, las teorías y los métodos. También en las ciencias sociales es evidente la importancia de la crítica y la comunicación. Allí donde las interpretaciones cumplen una función práctica construyendo descripciones que pueden llegar a convertirse en verdaderos mapas de acciones posibles, la argumentación racional es esencial para la construcción de consensos o para la definición de las diferencias. Sobra añadir que la discusión racional es esencial para la solución de los conflictos y naturalmente preferible a estrategias destructivas del tejido social como la violencia.

2. El respeto a la tradición escrita en las ciencias se pone en evidencia a través del modo como las distintas teorías resuelven primero sus diferencias con las teorías anteriores y luego, sobre la base de ese trabajo, plantean las nuevas perspectivas. Las ciencias sociales y naturales decantan sus logros en textos, aunque existen grandes diferencias en las relaciones que se establecen con la tradición en los distintos campos. En la filosofía y en la literatura (campos que corresponden más legítimamente a las humanidades que a las ciencias sociales) los textos originales son fundamentales y no se concibe que alguien pueda ser reconocido como miembro de la comunidad sin haber entrado en contacto directo con esos textos. Las perspectivas de estudiosos importantes no caducan en ciencias sociales y sirven con frecuencia para impulsar los nuevos desarrollos. En cambio, en las ciencias naturales (o más genéricamente, en la ciencias empírico-analíticas) los textos originales son reemplazados por otros que utilizan lenguajes más sintéticos, por expresiones más acabadas, breves y precisas que reúnen distintos trabajos en una misma formulación o que se construyen con el propósito explícito de servir para la docencia. Aunque en las ciencias empírico-analíticas es muy importante el trabajo de los científicos experimentales, éstos confían en sus resultados en la medida en la cual tienen la certeza de que sus datos pueden ser interpretados por una teoría. Estas teorías, que constituyen representaciones desde el signo de lo que es común a series de acontecimientos, hacen parte esencial del trabajo experimental y de sus formas de control y de validación. Las teorías son el material básico que conserva la tradición escrita de las ciencias naturales. Tanto en estas ciencias, como en las ciencias sociales, las nuevas teorías se difunden en artículos que son sometidos a la crítica de la comunidad en todo el mundo. Los trabajos de investigación que se realizan en ambos tipos de ciencias parten de una revisión cuidadosa de la bibliografía existente. La ciencia progresa por acumulación y crítica de lo previamente construido. La acumulación y la crítica son posibles gracias a que los resultados van plasmándose en textos escritos y pueden ser leídos por nuevas generaciones de científicos. Nuevamente aquí es posible establecer una conexión entre cultura académica y sociedad. Esta relación con la historia anterior del problema, esta exigencia de una información que enriquezca el propio punto de vista y fortalezca la perspectiva dando un soporte teórico sólido a las decisiones es fundamental para la vida social. Los lenguajes elaborados para dar razón de los distintos problemas no necesariamente han sido apropiados por la comunidad en general y, a través de estos lenguajes, se impide con frecuencia una verdadera participación de las comunidades afectadas. La participación democrática depende entonces del conocimiento previo que hace posible que esa participación pueda efectivamente darse y que tenga efectos significativos. Información y participación están así esencialmente vinculados. Educación y participación constituyen elementos inseparables. En este sentido, la exigencia de reconocer la importancia de la relación con una tradición escrita no es sólo conveniente para el desarrollo de las disciplinas, sino que resulta esencial para la construcción de una verdadera cultura democrática en la sociedad.

3. La prefiguración de las acciones alude a la capacidad de pensar de antemano las circunstancias en las cuales determinados fenómenos pueden ocurrir. En todas las ciencias se trabaja en proyectos pensados de antemano. El diseño de la política o la realización de una experiencia de laboratorio es la implementación técnica de una elaboración teórica. Esta implementación es organizada desde la teoría. Los resultados que se obtienen en la aplicación de una decisión social corroboran o niegan una predicción previamente hecha. El análisis de las consecuencias sociales de una determinada acción es fundamental para decidir si se lleva a cabo. En las ciencias empírico-analíticas la predicción es más precisa y el diseño de un experimento debe tener en cuenta la influencia de los distintos factores antes de la prueba. El experimento es planeado y definido desde la teoría y es por esta razón que fortalece o debilita la teoría o, en general, sirve como mecanismo fundamental de contrastación de las reflexiones teóricas. También en la sociedad resulta fundamental la capacidad de predecir. Las acciones sociales tienen consecuencias y la responsabilidad que puede asumirse sobre esas acciones depende de la conciencia que se tenga de las consecuencias posibles. El conocimiento de lo que puede ocurrir más adelante es entonces parte esencial de la responsabilidad, y la responsabilidad social es definitiva para la construcción de una sociedad en la cual las decisiones deben ser examinadas en relación con los efectos que tienen sobre las distintas colectividades directamente afectadas o sobre el todo de la sociedad.

 La discusión racional o deliberación académica obliga a hablar de las competencias académicas. La noción de competencia surgió en la lingüística chomskiana para designar el sistema de reglas gramaticales interiorizado por los hablantes y que constituye un saber gracias al cual éstos son capaces de producir o de comprender un número infinito de frases. Por cuanto este saber lingüístico es tácito, sólo se hace explícito mediante la capacidad de detectar ambigüedades, de reconocer oraciones agramaticales, de percibir oraciones semánticamente anómalas, y de parafrasear (Villa, 1991:50). El hablante conoce y domina ese sistema de reglas que asigna sonido y significado al conjunto de frases como un “saber-qué” (knowing-that), traducido en capacidad observable y medible llamada “saber-cómo” (knowing-how). El “saber-qué” es la competencia, mientras que el “saber-cómo”, en estricto sentido, es el desempeño o actuación.

La[U1]  competencia lingüística alude a un conocimiento ‘subyacente’, para que la actuación lingüística se corresponda con una capacidad explícita, es decir observable; siendo ello así, la actuación es ‘real’, mientras que la competencia es “tácita”. Hymes (1996:16) entiende por actuación “la parte relacionada con los procesos generalmente conocidos como codificación y decodificación”. Aquí hay una implicación válida para los intereses pedagógicos del curso Lengua Materna: si la escritura –al igual que el habla– es encodificación, y la lectura –al igual que la escucha– es desencodificación, los procesos lectoescriturales pertenecen más al ámbito de la actuación que al de la competencia.

Hymes, inspirado en la noción de competencia lingüística, postuló la noción de competencia comunicativa como lo que debe saber un hablante-oyente real, miembro de una comunidad lingüística heterogénea y dotado de ciertos roles sociales, para establecer una comunicación efectiva en situaciones culturalmente significativas y para emitir mensajes congruentes con dichas situaciones: “El engranaje de la lengua en la vida social tiene un aspecto positivo y productivo: hay reglas del uso sin las cuales las reglas gramaticales serían inútiles […] Las reglas de los actos de habla intervienen como un factor de control para la forma lingüística en su totalidad” (p. 22).

A partir de las competencias lingüística y comunicativa, Afacom –Asociación Colombiana de Facultades y Programas Universitarios en Comunicación e Información– entiende por competencia académica “la creación, desarrollo y aplicación de conocimientos, saberes, destrezas y habilidades orientadas a la solución de problemas desde la comunicación, mediante el análisis, lectura e interpretación de contextos, utilizando lenguajes específicos, para un ejercicio profesional con responsabilidad social” (Afacom, 2006: 142). Luego acuña la noción de competencia académica comunicativa, como “el conocimiento y manejo correcto de la lengua materna; ello implica estar en capacidad de producir, relacionar, interpretar y criticar textos mediatizados o no mediatizados en distintos formatos”; y divide la competencia académica comunicativa en tres subcompetencias: la interpretativa, la argumentativa y la propositiva. Estas competencias son “comunes y transversales a cualquier currículo de formación universitaria en el pregrado”. Dichas subcompetencias se especifican de la siguiente manera:

La subcompetencia interpretativa incluye las acciones orientadas a encontrar la comprensión de un problema o enunciado teórico, de una tesis, de un esquema, de lo dicho en un texto; de esta manera, para comprender o interpretar se hacen necesarias acciones que vinculan y confrontan los aspectos significativos que están en juego en esas situaciones, textos y contextos.

La subcompetencia argumentativa consiste en hacer explícitas las razones que dan cuenta del sentido de una situación, un texto o un contexto específico, es decir, identificar y articular las razones que lo fundamentan en un argumento; es acción o desempeño en la interacción con contextos socioculturales y disciplinares.

La subcompetencia propositiva implica un juicio de razón práctico o una actuación crítica y creativa para la selección entre opciones o alternativas encaminadas a la solución de un problema en un contexto determinado o enunciar una hipótesis a partir de unos supuestos; por eso es acción útil que un estudiante realiza con lo que sabe, en el contexto de un campo disciplinar o problemática (p. 162).

Estas subcompetencias son, básicamente, acciones. Para Uribe (2006: 113) estas acciones constituyen el componente básico de cualquier diseño curricular:

La interpretación no es más que la capacidad para encontrar el sentido de lo que se lee o se ve. Ésta demanda de las personas dispositivos de aprendizaje tales como la atención y la concentración, que les posibiliten entender a profundidad una afirmación, una representación mental (mapa o esquema) y/o un evento o hecho. Interpretar es entonces determinar, deducir, y sustraer –mediante el análisis– el contenido y la esencia de un escrito o de un acontecimiento o problema que se debe enfrentar.

La argumentación se vincula con la habilidad para explicar y dar razones. Incluye a su vez la fundamentación o el respaldo de un hecho, gráfico o enunciado con constructos teóricos que doten de validez los juicios que se emiten. La argumentación requiere que las personas establezcan relaciones y conexiones entre los conceptos o sujetos intervinientes en un conflicto o eventualidad, con el ánimo de dar justificaciones a partir de dichos enlaces.

La proposición es la aptitud para generar propuestas, alternativas e hipótesis que permitan la solución de un problema o crear nuevo conocimiento. Ésta involucra altos niveles de creatividad. A la vez que está estrechamente unida con el saber-hacer, pues por medio de ella se demuestra la capacidad o habilidad de una persona para actuar y encarar situaciones.


Los miembros de la academia, o sea los estudiantes y profesores universitarios, en la realización de sus tareas inherentes desarrollan simultáneamente las tres competencias tematizadas: la lingüística, la comunicativa y la académica.




jueves, 17 de abril de 2014

Clasificación de los textos escritos

Tipos de textos y géneros

Para comunicarnos mejor es importante que podamos reconocer las características de los textos que leemos y escuchamos, y que podamos producir nuestros propios textos de acuerdo con la intención comunicativa que perseguimos.

La palabra texto designa cualquier mensaje visual, auditivo, mixto que emerge de una situación e intención comunicativas. Desde este punto de vista, el texto no tiene una extensión fija; puede ser lo mismo una palabra o un libro. La palabra texto se puede atribuir a una pintura, una obra de teatro, una pieza de ballet, una carta, en fin, todo aquel mensaje que posee integridad, sentido, coherencia y adecuación.
Un texto será inadecuado si omite información que el lector necesita para comprenderlo y emplea un esquema de presentación inadecuado; tal sería el caso de una persona que deseando transmitir una información, lo hiciera escribiendo un poema.

Un texto escrito es una unidad coherente y cohesiva, de cualquier extensión, pero con sentido completo. Por ejemplo, las palabras " PARE " o " SALIDA " constituyen textos, en la medida que transmiten un mensaje completo. También constituye un texto un poema, una receta de cocina, una boleta, un afiche, una noticia del diario o la obra Don Quijote de la Mancha.

Al texto lo constituye lo que ha sido creado y hecho. Tiene forma expresiva y un contenido, constituyéndose en una unidad. Dispone de un pretexto, es decir, un ámbito previo a la formación del mismo, signado por las motivaciones que lo provocan, los otros textos que lo inspiran, el método y el proceso para crearlo, así como su finalidad.

También hay que remarcar la importancia del contexto. Los factores relacionados con la circulación y recepción de los textos que derivan en los discursos sociales: la visión del mundo, las ideas de los perceptores, sus expectativas. Ubicado y conectado con las fuerzas de socialización que actúan en los grupos humanos, los textos son portadores de sentido, tanto cognitivo, intelectual, como emocional.

Clasificación según tipos de textos
Tipo de texto
Función predominante
Rasgos lingüísticos
Descriptivo
Representa a personas, lugares,
fenómenos o cosas por medio del
lenguaje, señalando,
enumerando sus partes,
cualidades o circunstancias
Predomina el estilo nominal (frases sustantivadas).
Aparece gran número de adjetivos.
En las descripciones literarias
abundan las figuras retóricas
Narrativo



Cuenta, narra, relata un hecho,
algo que sucede o sucedió, en un
eje espacial y temporal
determinado.
Las formas verbales
predominantes son:
  • Pretéritos con valor
  • Perfectivo (indican el término de la acción)
  •  Presente histórico
  •  Aparece gran número de conectores.


Expositivo - explicativo

Aporta, expone un saber
organizado, legitimado
socialmente: textos que se
proponen informar y en los que la  dimensión cognitiva es central.
Aparece léxico específico de una disciplina.
Hay abundancia de conceptos lógicos.
Se evita el uso de las primeras personas.
Estructuras sintácticas:
o Oraciones pasivas
o Oraciones subordinadas


Argumentativo



Pretende convencer o conmover
al receptor por medio del
lenguaje, utilizando la retórica y la persuasión.
Aparece la modalidad
enunciativa para presentar la
tesis.
Se usan las modalidades no
enunciativas para exponer la
opinión personal del autor.
Aparecen conectores
contrastivos, consecutivos y
causales.
Estructuras sintácticas:
o Oraciones subordinadas

Conversacional





Constituido por turnos de habla
que se distribuyen temporal y
alternativamente. Promete una
interacción, ya que lo que cada
participante aporta determina la
conducta (lingüística y
extralingüística) del otro.
Construcciones dialógicas
Aporta material no lingüístico:
gestos – posturas- distancias
Aporta material
paralingüístico: entonación –
pausas –acentos
Predominio del presente del
modo indicativo.
Condicionado por el contexto
y el objetivo de quienes
interactúan.


Clasificación por Géneros
Género
Concepto
Función del lenguaje predominante
Tipos de escrito
1.      Científico y técnico
Empleados en la
creación,
investigación y
divulgación de la
ciencia y la
tecnología.
Referencial: se trata
de un lenguaje
denotativo que apunta
a la objetividad.
·        Análisis de obra
·        Artículo científico
·        Cuestionario
·        Currículum
·        Cursograma
·        Ensayos científicos
·        Entrevista científica
·        Flujograma
·        Glosario
·        Guión
·        Mapa Conceptual
·        Monografía
·        Organigrama
·        Plan
·        Programa
·        Protocolo
·        Proyecto de Investigación
·        Red Conceptual
·        Resumen
·        Síntesis
·        Tesina
·        Tesis
2.      Publicitario
Dan a conocer un
producto (bienes –
servicios) o
acontecimientos.
Fáctica: Busca
captar la atención
del receptor.
Apelativa: Trata de
influir en el
receptor.
Referencial:
informa sobre el
producto/servicio o
acontecimiento.
Poética: llama la
atención sobre


  •          Díptico      
  •         Folletos
  •        Invitación
  •          Tríptico     

3.      Periodístico
Informan sobre
hechos y temas de
interés general y que
se emplean en la
comunicación
periodística: Utilizan
un lenguaje políticamente
correcto e influyen en
la formación de
opinión.
Representativa:
pretende informar
Fáctica: pretende
captar la atención
del receptor
Apelativa: trata de influir en la
conducta del
receptor
Poética: es una
función central en
las crónicas
deportivas.
o   Advertorial
o   Artículo de opinión
o   Cable de noticias
o   Columna
o   Crítica
o   Crónica
o   Entrevista periodística
o   Gacetillas de prensa
o   Nota editorial
o   Noticia
o   Reportaje
o   Solicitada
4.      Jurídico y administrativo



Los jurídicos
promulgan las
normas que regulan
la vida de los
ciudadanos.
Los administrativos
relacionan a los
ciudadanos con la
administración
pública en sus
documentos.
Representativa:
pretende informar
al receptor
Apelativa: trata de
influir en la conducta
del receptor
  •           Actas
  •           Cartas Documento
  •           Cédulas
  •           Convenios
  •          Disposiciones
  •           Edictos
  •           Expedientes
  •           Intimaciones
  •           Mandamientos
  •           Memorándum
  •          Normas
  •           Notificaciones
  •           Oficios
  •           Ordenanzas
  •          Resoluciones
  •            Sentencias
  •            Testamento

5.      Comercial
Se centran en el
desarrollo de
actividades
económicas de todo
tipo: mercantiles,
financieras,
bancarias,
empresariales.
Representativa:
son textos
informativos.
  •          Avisos Clasificados
  •           Cartas Comerciales, Cheque,
  •           Factura, Pagaré, Contratos
  •           Estados Contables
  •           Memoria

6.      Político
Son generados por
las personas del
mundo de la política
para comunicarse
entre sí y para
relacionarse con los
ciudadanos a los que
representan. Puede
incluir lenguaje
publicitario en la
propaganda y discursos electorales
Representativa:
pretende informar
al receptor.

Apelativa: trata de
persuadir al
receptor de lo
positivo de las
propuestas o
decisiones de los
representantes
políticos.

.  Fáctica: busca
captar la atención
del receptor.
  •           Discurso
  •           Plataforma

7.      Literario
Son escritos con una
finalidad estética y
crean mundos
imaginarios.
Expresiva: el
mensaje expresa
las creencias,
sentimientos o
visión del mundo
del emisor.
Poética: busca
llamar la atención
sobre la forma del
mensaje.
·        Biografía
·        Carta
·        Cuento
·        Diario personal
·        Ensayo literario
·        Historieta
·        Memoria
·        Monólogo
·        Novela
·        Poesía
·        Teatro